jueves, 7 de septiembre de 2017


UNA TARDE DE OTOÑO ( por Mary Doval)

Y cuando la lluvia rozó sus mejillas y empezó a deslizarse sobre su rostro se trasladó a la niñez, a aquellas tardes de otoño en el parque con sus amigos, cuando solo importaba ser feliz y nada oscurecia su sonrisa, y volvió a sonreir, de repente ya no era una sonrisa sino una carcajada sonora, que hizo que su cuerpo frágil y consumido despertase,  quisiese una segunda oportunidad de liberarse, de volver a vivir, tenía derecho a disfrutar y aquella carcajada había despertado otra vez su pasión por la vida.


2 comentarios:

  1. ¡Que maravilla! Me ha gustado mucho. Yo también me siento así cuando llueve.
    Besos!

    ResponderEliminar
  2. Me alegro de que te haya gustado, un beso también para ti

    ResponderEliminar