Y se asomó a su pedazo de cielo, su dulce miel , una miel que se encontraba entre sus piernas atrayéndolo cual abeja.
De pronto su rostro se turbó y eso le dio una candidez erótica y provocadora , hizo que la desease aún más, pero el colmo del éxtasis llegó cuando su rostro fue bañado por la luz de la luna.
Puede haber algo más hermoso sobre la faz de la tierra se preguntó?
Acurrucada de lado despues de disfrutar de las delicias de la pasión se mostraba indefensa cual pajarillo, esto provocó una mirada de ternura en él, algo de lo que se consideraba incapaz. Siempre pensó que lo suyo no era entregarse del todo, siempre guardaba una reserva como si tuviese miedo a ser atrapado, pero esta vez había algo distinto, sus defensas se habían roto y no podía comprender por qué, solo sabia que gozaba con su presencia, que le gustaba sentir su cuerpo caliente a su lado entre las sábanas, que deseaba que se parase el tiempo siempre que estaba con ella, y él que siempre había considerado que el amor no existe, dudaba ya de su máxima.
Se dio media vuelta dándole la espalda, pero no pudo evitar regresar a ella , y no era debilidad, sino que deseaba sentir ahora como nunca, y si mañana no amaneciese no importaría , estaba seguro de que lo que sentía nunca antes lo había experimentado, y por qué ponerle etiquetas, lo mejor era vivirlo y ya.
