UNA TARDE DE OTOÑO ( por Mary Doval)
Y cuando la lluvia rozó sus mejillas y empezó a deslizarse sobre su rostro se trasladó a la niñez, a aquellas tardes de otoño en el parque con sus amigos, cuando solo importaba ser feliz y nada oscurecia su sonrisa, y volvió a sonreir, de repente ya no era una sonrisa sino una carcajada sonora, que hizo que su cuerpo frágil y consumido despertase, quisiese una segunda oportunidad de liberarse, de volver a vivir, tenía derecho a disfrutar y aquella carcajada había despertado otra vez su pasión por la vida.
¡Que maravilla! Me ha gustado mucho. Yo también me siento así cuando llueve.
ResponderEliminarBesos!
Me alegro de que te haya gustado, un beso también para ti
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