miércoles, 17 de enero de 2018

VIDA
En las nubes de verano descubro sonrisas, pequeños retazos de alegria transportadas por el viento, ese viento suave que acaricia mis mejillas, esa brisa calida cual caricia dulce de alguien cercano.
Respiro profundamente como si en ello se fuese mi último aliento. Lleno mi corazón de una felicidad extraña que irradia de mi interior, hace tiempo que la buscaba y parecia serme negada, pero como todo lo que se hace de rogar, llega con más fuerza si cabe, plena y exultante como si me susurrase al oido palabras de vida y renacer.
En no rendirse consiste la victoria, en el terreno ganado a la desdicha y la amargura, porque de una sonrisa nace una flor y de esta una esperanza.
MJ

3 comentarios:

  1. ¡Ay, Mary! Qué texto más bonito. Tienes un don especial para describir sentimientos.... que siento envidia sana.
    Un besazo!

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